miércoles, 8 de mayo de 2013

Tu risa, de Pablo Neruda


Pablo Neruda
Tu risa

Quítame el pan, si quieres,

quítame el aire, pero

no me quites tu risa.


No me quites la rosa,

la lanza que desgranas,

el agua que de pronto

estalla en tu alegría,

la repentina ola

de plata que te nace.


Mi lucha es dura y vuelvo

con los ojos cansados

a veces de haber visto

la tierra que no cambia,

pero al entrar tu risa

sube al cielo buscándome

y abre para mi todas

las puertas de la vida.


Amor mío, en la hora

más oscura desgrana

tu risa, y si de pronto

ves que mi sangre mancha

las piedras de la calle,

ríe, porque tu risa

será para mis manos

como una espada fresca.


Junto al mar en otoño,

tu risa debe alzar

su cascada de espuma,

y en primavera, amor,

quiero tu risa como

la flor que yo esperaba,

la flor azul, la rosa

de mi patria sonora.


Ríete de la noche,

del día, de la luna,

ríete de las calles

torcidas de la isla,

ríete de este torpe

muchacho que te quiere,

pero cuando yo abro

los ojos y los cierro,

cuando mis pasos van,

cuando vuelven mis pasos,

niégame el pan, el aire,

la luz, la primavera,

pero tu risa nunca

porque me moriría.

viernes, 15 de marzo de 2013

Cuerpo de mujer, blancas colinas de Pablo Neruda


Poema 1 

Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
y hace saltar el hijo del fondo de la tierra.
Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros
y en mí la noche entraba su invasión poderosa.
Para sobrevivirme te forjé como un arma,
como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda.
Pero cae la hora de la venganza, y te amo.
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.
Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de ausencia!
Ah las rosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste!
Cuerpo de mujer mía, persistirá en tu gracia.
Mi sed, mi ansia sin limite, mi camino indeciso!
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga sigue, y el dolor infinito.

jueves, 14 de marzo de 2013

Ah vastedad de pinos, rumor de olas quebrándose de Pablo Neruda


Poema 3 

Ah vastedad de pinos, rumor de olas quebrándose, 
lento juego de luces, campana solitaria, 
crepúsculo cayendo en tus ojos, muñeca, 
caracola terrestre, en ti la tierra canta! 
En ti los ríos cantan y mi alma en ellos huye 
como tú lo desees y hacia donde tú quieras. 
Márcame mi camino en tu arco de esperanza 
y soltaré en delirio mi bandada de flechas. 
En torno a mí estoy viendo tu cintura de niebla 
y tu silencio acosa mis horas perseguidas, 
y eres tú con tus brazos de piedra transparente 
donde mis besos anclan y mi húmeda ansia anida. 
Ah tu voz misteriosa que el amor tiñe y dobla 
en el atardecer resonante y muriendo! 
Así en horas profundas sobre los campos he visto 
doblarse las espigas en la boca del viento.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Niña morena y ágil, de Pablo Neruda


Poema 19 

Niña morena y ágil, el sol que hace las frutas, 
el que cuaja los trigos, el que tuerce las algas, 
hizo tu cuerpo alegre, tus luminosos ojos 
y tu boca que tiene la sonrisa del agua. 
Un sol negro y ansioso se te arrolla en las hebras 
de la negra melena, cuando estiras los brazos. 
Tú juegas con el sol como con un estero 
y él te deja en los ojos dos oscuros remansos. 
Niña morena y ágil, nada hacia ti me acerca. 
Todo de ti me aleja, como del mediodía. 
Eres la delirante juventud de la abeja, 
la embriaguez de la ola, la fuerza de la espiga. 
Mi corazón sombrío te busca, sin embargo, 
y amo tu cuerpo alegre, tu voz suelta y delgada. 
Mariposa morena dulce y definitiva, 
como el trigal y el sol, la amapola y el agua.

martes, 12 de marzo de 2013

Soneto XLVI de Pablo Neruda


De las estrellas que admiré, mojadas
por ríos y rocíos diferentes,
yo no escogí sino la que yo amaba
y desde entonces duermo con la noche.

De la ola, una ola y otra ola,
verde mar, verde frío, rama verde,
yo no escogí sino una sola ola:
la ola indivisible de tu cuerpo.

Todas las gotas, todas las raíces,
todos los hilos de la luz vinieron,
me vinieron a ver tarde o temprano.

Yo quise para mí tu cabellera.
Y de todos los dones de mi patria
sólo escogí tu corazón salvaje.

lunes, 11 de marzo de 2013

En tu frente descansa el color de las amapolas, de Pablo Neruda


En tu frente descansa el color de las amapolas,

el luto de las viudas halla eco, oh apiadada:

cuando corres detrás de los ferrocarriles, en los campos,

el delgado labrador te da la espalda,

de tus pisadas brotan temblando los dulces sapos.



El joven sin recuerdos te saluda, te pregunta por su olvidada voluntad,

las manos de él se mueven en tu atmósfera como pájaros,

y la húmedad es grande a su alrededor:

cruzando sus pensamientos incompletos,

queriendo alcanzar algo, oh, buscándote,

le palpitan los ojos pálidos en tu red

como instrumentos perdidos que brillan de súbito.



O recuerdo el día perdido de la sed,

la sombra apretada contra los jazmines,

el cuerpo profundo en que te recogías

como una gota temblando también.



Pero acallas los grandes árboles, y encima de la luna, sobrelejos,

vigilas el mar como un ladrón.

Oh noche, mi alma sobrecogida te pregunta

desesperadamente a ti por el metal que necesita.

domingo, 10 de marzo de 2013

Para mi corazón basta tu pecho de Pablo Neruda

Poema 12 (Veinte poemas de amor y una canción desesperada)

Para mi corazón basta tu pecho,
para tu libertad bastan mis alas.
Desde mi boca llegará hasta el cielo
lo que estaba dormido sobre tu alma.
Es en ti la ilusión de cada día.
Llegas como el rocío a las corolas.
Socavas el horizonte con tu ausencia.
Eternamente en fuga como la ola.
He dicho que cantabas en el viento
como los pinos y como los mástiles.
Como ellos eres alta y taciturna.
Y entristeces de pronto como un viaje.
Acogedora como un viejo camino.
Te pueblan ecos y voces nostálgicas.
Yo desperté y a veces emigran y huyen
pájaros que dormían en tu alma.