lunes, 4 de marzo de 2013

Para que tú me oigas, Poema V de Pablo Neruda

Veinte poemas de amor y una canción desesperada

Poema V 


Para que tú me oigas 

mis palabras 
se adelgazan a veces 
como las huellas de las gaviotas en las playas. 

Collar, cascabel ebrio 
para tus manos suaves como las uvas. 

Y las miro lejanas mis palabras. 
Más que mías son tuyas. 
Van trepando en mi viejo dolor como las yedras. 

Ellas trepan así por las paredes húmedas. 
Eres tú la culpable de este juego sangriento. 

Ellas están huyendo de mi guarida oscura. 
Todo lo llenas tú, todo lo llenas. 

Antes que tú poblaron la soledad que ocupas, 
y están acostumbradas más que tú a mi tristeza. 

Ahora quiero que digan lo que quiero decirte 
para que tú las oigas como quiero que me oigas. 

El viento de la angustia aún las suele arrastrar. 
Huracanes de sueños aún a veces las tumban. 

Escuchas otras voces en mi voz dolorida. 
Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas. 
Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme. 
Sígueme, compañera, en esa ola de angustia. 

Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras. 
Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas. 

Voy haciendo de todas un collar infinito 
para tus blancas manos, suaves como las uvas.

4 comentarios:

  1. Si todo lo ocupa ella, todo lo ocupa ¿Habrá lugar para las palabras?

    Y si las palabras no tuvieran su lugar natural ¿Me las puedo llevar? Yo no haría un collar para mano alguna, haría con ellas un camino de paso...solo un camino.
    Beso en la palabra

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    1. Una vez más, me deslumbras con tus palabras, Marina. Bellísima reflexión poética. Gracias.

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  2. Muy bueno leer al gran Neruda, me alegra que tengas este espacio. Gracias por pasar por mi blog y tus lindas palabras.
    Abrazos totales.

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    1. Gracias por tu visita, amigo. Espero que te gusten los poemas que cuelgo, y que sigas pasándote. Un saludo y abrazos para ti.

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